En privado.

Nuestras casas, nuestros hogares, son lugares privados, dotados de cierto aire personal. Se ven como nosotros: son desaliñadas si somos desaliñados; suenan como nosotros, porque serán ruidosas si somos ruidosos. Y huelen a nosotros, a nuestros perfumes y comidas preferidas, a nuestro limpiapisos favorito y nuestra ropa sucia.

Y también aquí suceden un montón de cosas que vale la pena detenernos a pensar. Aquí nos detendremos a cavilar sobre los pequeños sucesos que acontecen detrás de las paredes de nuestras habitaciones, de las cosas que suceden por la noche cuando regresamos después del trabajo o durante la mañana cuando tomamos el desayuno; para todo lo que consideramos privado.

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