miércoles, 23 de junio de 2021

El diablo está en los detalles.


Ahora detengámonos un momento. En medio de la calle, en el auto o en el transporte público, en la oficina o en el salón de clases; en el campo abierto, en la ciudad atiborrada. En los bares, los cafés y los restaurantes. Escucharemos el sonido de la vida que no se detiene; de la gente que va y que viene y que va de regreso, de los pasos, los autos y los módems trabajando. Incluso de los pájaros y los perros y los gatos que se ocupan de sus asuntos.

Vivimos en un mundo que nos exige ir a prisa, que nos requiere siempre atentos y despiertos y que pide de nosotros todo el esfuerzo y la dedicación que podamos darle. Es justo. Es necesario trabajar y esforzarse. Pero si nos detenemos un momento a escuchar y a ver lo que sucede a nuestro alrededor, nos daremos cuenta de siempre está sucediendo algo que merece ser visto, oído o sentido.

Y se habla mucho de los detalles, de cómo detenernos y observar y valorar las pequeñas cosas de la vida contribuye en gran medida a mejorarla. Yo no sé si esto es verdad, pero lo que sí puedo decir es que hacer este ejercicio al menos una vez a la semana, es una gran forma de reflexión y de meditación; no en cuestiones abstractas y lejanas, sino en lo más cercano e íntimo que tenemos: lo que vemos, lo que oímos, lo que olemos o sentimos. Y, por supuesto, he querido compartirlo con ustedes.

«Después de todo, Dios (o el diablo) está en los detalles».

La luz que se cuela por la ventana sobre el rostro de un perro, las hojas de bugambilia que caen con el viento como lluvia, los niños que juegan en el parque, las nubes sobre la ciudad.

De estas cosas, tan pequeñas y comunes, como grandiosas, es que vamos a hablar aquí. Después de todo, Dios (o el diablo) está en los detalles.

§

Por supuesto que es un poco extraño, en la actualidad, que alguien tenga un blog y vierta en éste sus impresiones. Pero también es cierto que es un medio a través del cuál es posible expresar ideas de forma muy ordenada y agradable a la vista. Que no es trabajosa como leer un hilo de Twitter o que no desaparece al actualizarse la pantalla como sucede al leer noticias en Facebook. Sí, es un poco pasado de moda y hasta difícil de encontrar. Pero si quisiera ser viral, aspiraría jabón en polvo por la nariz y lo subiría a TikTok.

¡A ti, que has llegado hasta aquí, gracias por leerme!

No hay comentarios:

Publicar un comentario

¿Y usted qué opina?