He aquí la magia de los libros de segunda mano: han vivido y han sido compañeros de vida. Fueron regalos, compras impulsivas, tareas escolares o un título llamativo y una portada bonita en una vitrina; fueron demasiado costosos o tan baratos como un panfleto cualquiera. En todos los casos, el destino es el mismo: alguien decidió que era mejor dejar el espacio para otros libros nuevos y ahora encontramos a los viejos ejemplares en un estante de exhibición en una pequeña tienda dedicada a los libros que ya han tenido dueño.
Ya hemos dedicado este espacio a hablar sobre el respeto señorial que inspiran los libros (cf. «Los libros en la repisa») y el lugar especial que ocupan en nuestras casas, colocados en sus libreros y repisas, y en nuestras ciudades, en sus bibliotecas y librerías;
Destacamos ahora el aura de misticismo cotidiano que flota sobre las pequeñas librerías de segunda mano (tan apartada del aura de academia y refinamiento que exhalan las librerías de libros nuevos); que se debe no sólo a la imagen de los libros apilados de forma descuidada —y descortés— en sus pórticos, que nos lleva a pensar en los conocimientos enterrados en esa pila, y tampoco se debe tan sólo al olor de las hojas de papel avejentadas, cuyo aroma se parece al de la vainilla, de los granos de café y de los pétalos de rosa secos; estas librerías inspiran misticismo porque uno nunca sabe qué puede encontrarse entre sus pasillos:
〈Y entre las páginas de un volumen es posible encontrar toda clase de pequeños tesoros: dinero, dedicatorias, boletos de tren, billetes de lotería, cartas de tarot, calendarios de bolsillo de 1958, servilletas con números de teléfono y hasta cartas de amor〉.
Adquirí mi pequeña copia de las «Leyendas» de Bécquer no sólo porque genuinamente me gusta su prosa, sino porque cuando lo encontré debajo de ese montón de recomendaciones del Reader's Digest y al lado de una muy costosa copia del DSM–5, algo de su propia esencia entró en sintonía con la mía, y cuando tomé con ambas manos el libro, supe de pronto que lo estaba buscando.


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